TEMA 2: EL ROMANTICISMO LITERARIO DEL
SIGLO XIX
El Romanticismo es un movimiento cultural y político que
tuvo su origen en las circunstancias políticas, sociales y culturales que se
dieron en la Europa del siglo XIX. España tuvo su apogeo romántico hacia la
mitad del siglo por los acontecimientos históricos vividos en el momento:
Invasión francesa, la guerra de la independencia y la lucha entre monárquicos y
absolutistas.
Los autores románticos idealizan el mundo que los rodea.
No quieren aceptarlo como es y lo critican amargamente. Este choque les produce
fuertes desengaños y melancolía que les lleva, a veces, hasta el suicidio. Los
sentimientos se imponen sobre la razón y dominan en todas sus obras. Por eso,
la lírica es el género característico de esta época.
La finalidad de la literatura
romántica es la de producir en el lector fuertes emociones y conmover su
sensibilidad. Sus temas más importantes son la libertad, el amor y la muerte,
enmarcado con la naturaleza que se adaptará al estado anímico del autor o del
personaje, es decir, se encontrará más
movida o melancólica dependiendo de su estado de ánimo.
En cuanto a las características de
este movimiento, podemos decir que su deseo de huir de la realidad (evasión)
les hace inspirarse en las leyendas populares españolas y el folklore
(nacionalismo), y también en lugares exóticos y lejanos (añoranza por la Edad
Media). Se rompe con todas las normas y reglas (libertad), haciendo prevalecer
el propio yo (subjetivismo e
individualidad) y el estilo personal. Los escritores románticos ambientaron
muchas de sus obras en la
Edad Media o en el Renacimiento.
Se dieron dos tendencias: una poesía intimista y subjetiva que sirve para la
expresión de sentimientos y otra poesía
narrativa que narra en verso historias del pasado o legendario. Destacaron: José
de Espronceda: su poesía
presenta ecos de la de Lord Byron, sobre todo en sus dos poemas
narrativos más extensos: El estudiante de Salamanca, sobre el
tema del seductor donjuanesco, considerado el mejor poema en su género del
siglo XIX, y el incompleto El Diablo Mundo, heterogéneo poema filosófico
en donde describe al hombre como un ser de inocencia natural que sufre la
realidad social y sus maldades, en el que se incluye el famoso «Canto a Teresa», dedicado a su amante Teresa Mancha, una de las
más grandes elegías amorosas. También escribió gran cantidad de poemas cortos
que denominó 'Canciones', de entre los que destaca como el más conocido la “Canción del pirata”.
Gustavo Adolfo Bécquer, su producción poética se reduce a las Rimas, ochenta y cuatro composiciones breves. Las
Rimas se dividen convencionalmente en cuatro series, atendiendo a su
progresión temática:
- I-XI:
reflexión sobre la poesía, trata de estímulos que lo inducen a escribir
versos,
- XII-XXIX:
exaltación amorosa, contemplación afirmativa y
confiada de la belleza femenina y del amor.
- XXX-LI:
desengaño; es el grupo más abundante, formado por
poemas amargos y dolientes, con tonos que van de la melancolía hasta la ira y
la desesperación. Muchos de estos poemas manifestarían el fracaso de sus amores
con Elisa Guillén y, en algunos casos, una venganza.
- Desde
la LII: sentimiento de dolor y angustia ante la condición humana, la muerte, la
inmortalidad. Bécquer concibe la poesía pura, íntima y desprovista de
adornos. De Bécquer arranca, en gran medida, la poesía española contemporánea e
influyó notablemente en Antonio Machado y en Juan Ramón Jiménez y, a través de
éste, en la Generación
del 27.
Rosalía de
Castro debe su fama a
tres grandes poemas que evoca las costumbres, los paisajes y las gentes de
Galicia, con un tono de melancolía y nostalgia.
Gustavo Adolfo Bécquer, en prosa escribió Cartas
desde mi celda, y Leyendas,
que son 28 narraciones breves en las que trata los temas preferidos por el
romanticismo como lo sobrenatural y lo exótico. Mariano José Larra, intervino en política y se dedicó al
periodismo, escribiendo más de doscientos artículos, firmados a veces con el
pseudónimo de Fígaro, en los que realiza un retrato crítico y satírico de la
vida española de su época; tanto por su tono, como por su prosa, clara,
transparente y expresiva, se le considera precursor de la Generación del 98.
El tercer género destacado es el teatro y fundamentalmente el drama histórico. Sus características son: la ruptura con las reglas clásicas anteriores y por tanto el teatro abogará por la liberta; se estructura en diversos actos no fijos y aparecen los escenarios como las ruinas y los cementerios. El gran tema es el amor y la libertad, y podemos ver una mezcla de prosa y verso en las obras. Como autores destacamos a Duque de Rivas, impuso en España el teatro romántico con la obra que serviría de modelo o todas las posteriores: Don Álvaro o la fuerza del Sino. José Zorrilla, escritor que cultivó todos los géneros destacando como poeta (Granada), autor dramático y escritor de leyendas en verso (Leyendas). Se caracteriza por el dominio del verso y un lenguaje exuberante y cargado de sensualidad. De su producción dramática destaca Don Juan Tenorio, que es la recreación del burlador de Sevilla de Tirso de Molina y Traidor, inconfeso y mártir.
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