viernes, 17 de enero de 2014

COMENTARIO CRÍTICO: CUATRO CORAZONES CON FRENO Y MARCHA ATRÁS. JARDIEL PONCELA
(También es obra de la primera mitad del siglo XX)

Cuatro corazones con freno y marcha atrás es una obra de teatro escrita por el español Enrique Jardiel Poncela y se  estrenó en mayo de 1936. Fue un escritor y dramaturgo español cuya  obra se la relaciona con el teatro del absurdo, pues se alejó del humor tradicional  y se acercó a otro más intelectual, inverosímil e ilógico, rompiendo así con el naturalismo tradicional imperante en el teatro español de la época. Esto le supuso ser atacado por una gran parte de la crítica de su tiempo, ya que su humor hería los espíritus más sensibles y abría un abanico de posibilidades cómicas que no siempre eran bien entendidas. A esto hay que sumar sus posteriores problemas con la censura franquista. Sin embargo, el paso de los años no ha hecho sino acrecentar su figura. Sus obras siguen representándose en la actualidad.
La obra cuenta cómo, tras ingerir el elixir de la eterna juventud, los protagonistas creen haber encontrado la solución a todos sus problemas y haber alcanzado la felicidad absoluta. Sin embargo lo que parece ser algo maravilloso se convierte en una existencia insoportable que los sumirá en la desesperación y el hastío más absoluto.
Se trata de un humor irónico y agudo que se mantendrá en los tres actos de los que consta la obra. Cada uno de los cuales tiene una estructura, un argumento, un espacio y un tiempo propios. Ello es debido a la inmortalidad de los personajes: Madrid 1860, isla desierta 1920, Madrid 1935. El tema central de la obra es la inmortalidad pero planteado de forma negativa pues nos plantea la duda de si el hombre está preparado para ser inmortal. Como tema secundario vemos el amor, el amor “para siempre”.

La obra resulta muy divertida de leer pues hace un uso cómico del lenguaje. Así encontramos juegos de palabras, frases irónicas, numerosos contrastes y exageraciones, repeticiones, incoherencias… con un punto de sarcasmo que trasciende con frecuencia el simple chiste. También encontramos numerosas acotaciones, muy detalladas que facilitan la representación.
COMENTARIO OBRA PRIMERA MITAD SIGLO XX: La casa de Bernarda Alba

Esta obra es un drama literario escrito en el año de 1936 por Federico García Lorca, poeta y dramaturgo español perteneciente  a la Generación del 27. Esta generación agrupa a una serie de escritores que aunaron la tradición literaria española (cancioneros y poetas de los siglos de oro) y las nuevas corrientes de vanguardia que llegaron de Europa y que adaptaron a España. Lorca cree que el teatro debe servir para elevar la sensibilidad del pueblo y cree también en la fuerza del poeta para transformar con la palabra la realidad. Por eso, en su obra hay mucha poesía y mucho simbolismo, pero no solo eso; el teatro lorquiano es un espectáculo total al que contribuyen el texto, la escenografía, la música, la danza y todo lo que es capaz de comunicar. La obra que nos ocupa pertenece al grupo de “tragedias de tipo social”, las más representadas del autor y en este caso, estamos ante la obra culmen del teatro lorquiano. Lleva por subtítulo “el drama de las mujeres de los pueblos de España” y se estructura en tres actos. La casa de Bernarda Alba respeta las tres unidades clásicas pues la acción se desarrolla en un único escenario, ocurren los hechos en menos de una jornada y hay una única acción. La trama se desarrolla en casa de Bernarda Alba, en un pueblo de Andalucía y cuyas  protagonistas son mujeres. El único hombre del que se habla nunca aparece, aunque su presencia y ausencia desencadenan el drama. La tragedia comienza desde el principio, con un ambiente de luto por la muerte del padre, que obliga a unas hermanas en edad de casarse a estar recluidas en la casa sin contacto con el exterior. La tensión va en aumento cuando dos de las hermanas se enamoran del pretendiente de la hermana mayor, la única que tiene posibilidad de libertad porque se va a casar. Será la madre quien pondrá fin al conflicto de forma trágica.
El tema central es el conflicto entre la moral autoritaria (representado por Bernarda)  y el deseo de  libertad (representado por la hijas), además de la situación de la mujer en la España de principios de siglo XX. Habría otros subtemas como las arcaicas normas sociales, o la importancia de las apariencias en la sociedad española. El lenguaje utilizado es muy variado pues va desde el típico lenguaje andaluz con presencia de refranes, dichos populares, piropos, a un lenguaje poético y cargado de simbolismo que da un tono dramático a la obra. Por ello se pueden observar  dos intenciones claras en esta obra.  La primera reside en la crítica social que hace sobre la sociedad andaluza de la época, aunque podríamos considerar que es mucho más que esto porque la obra tiene un carácter universal y, por lo tanto, adaptable a todas las mujeres del mundo en mayor o menor grado. La segunda seria una clara intención artística reflejada en el carácter altamente poético de la obra, aunque no emplee versos. Esto último es común en toda la obra lorquiana.
 La obra cuenta con numerosas acotaciones que dan indicaciones de localización, vestuario, gestos, tonos; también aparecen apartes, en dos ocasiones, utilizados para insultar o humillar; un monólogo al principio de la obra que refleja la opinión de los acontecimientos por parte de la criada y unos diálogos breves, rápidos y de gran intensidad.

Aparentemente parece un relato sencillo pero a medida que profundizas en la obra te das cuenta de la doble intención que hay en numerosos pasajes de la obra como por ejemplo lo que hace con los nombres de las hijas. Así mismo, parece una obra monótona y lenta pero después descubres que la obra es muy dinámica gracias a la fuerza de los diálogos de los personajes. La casa de Bernarda Alba  es una obra impactante no sólo por el tipo de lenguaje utilizado sino por la situación  que describe, los hechos que se suceden, las obsesiones y la personalidad conflictiva de un grupo de mujeres obligadas a vivir en un encierro sofocante que traspasa al mundo interior hermético de las protagonistas.
TEMA 8.        LA NOVELA DESDE 1939 A 1975. TENDENCIAS, AUTORES Y OBRAS

La novela española de la posguerra se ve influida por algunos hechos relevantes, como la muerte de algunos escritores, el exilio de otros o la censura que imperaba con el régimen franquista. Podemos observar varias etapas:
-La novela en el exilio: Muchos de los novelistas tuvieron que dejar España al finalizar la guerra civil. Esta dramática experiencia personal se verá reflejada en sus novelas. Encontramos en estos textos los siguientes temas:
   Rememoración del pasado, intentan comprender lo sucedido en la historia de España.
   El presente, van a utilizar la novela como instrumento para plasmar la realidad en la que se ve envuelto el escritor.
   La España inventada, como desde fuera no saben lo que sucede dentro, los autores imaginan la realidad española y sueñan con el regreso.
Destacamos a Rosa Chacel, Ramón J. Sender "Réquiem por un campesino español", Max Aub y Francisco Ayala con "Muertes de perro".
-Novela de la década de los 40: Aunque coexisten varias tendencias, la novela de esta etapa se caracteriza por la presencia de la realidad como tema literario. Tres corrientes encontramos en esta etapa:
a) Novela nacionalista: Escrita por los vencedores de la guerra civil, que reflejan una visión maniquea del mundo, reflejando como bueno a los vencedores y malo a los vencidos. Autor de esta tendencia es José María Gironella con su obra "Los cipreses creen en Dios"
b) Novela fantástica-humorística: La fantasía, el humor y la creación de mundos imaginarios fueron recursos utilizados para rechazar la terrible realidad. Destaca Wenceslao Fernández Flórez con "El bosque animado".
c) Novela existencial: En estas novelas el rasgo fundamental es el reflejo amargo de la vida cotidiana. Se dice existencial porque refleja los grandes temas que regulan la existencia del hombre, como la soledad, la inadaptación social, la frustración o la muerte. Además hubo una corriente que llevó al extremo el reflejo de los aspectos más desagradables de aquella época, que se llamo tremendismo. Autores de este grupo son Camilo José Cela "La familia Pascal Duarte" y Carmen Laforet con "Nada".
-Novela década de los 50: En esta década se desarrolla una corriente conocida como realismo social. Estos autores intentaron reflejar con espíritu crítico la realidad española de la época. Estas novelas presentan características comunes, como:
   El protagonista es colectivo.
   Los personajes suelen ser simbólicos y representan a un grupo social.
   Tienden a ser objetivos, es decir, no se profundiza en la psicología del personaje.
   Los diálogos son muy importantes y reflejan la clase social.
   Los temas referidos son la pobreza, el hambre o la frivolidad de las clases altas.
Autores destacados de esta etapa son Camilo José Cela, cuya obra más característica de esta etapa es "La colmena". Esta obra cargada de pesimismo refleja el Madrid de la época con sus miserias económicas y morales. En la obra aparecen casi 300 personajes, que representan a todos los grupos sociales. Está ambientada en Madrid y la acción transcurre en poco más de dos días, y tiene una estructura abierta, sin final preciso. Otro autor es Rafael Sánchez Ferlosio con "El Jarama", obra que se caracteriza por la objetividad del narrador, también tiene protagonista colectivo y su argumento es mínimo. Por primera vez en una novela se ven reflejadas acciones simultáneas y no sucesivas. Es una novela monótona, que refleja la monotonía de la España de la época en la que nunca pasaba nada, tan solo tiene lugar un suceso trágico al final. Miguel Delibes, autor de "El camino". Esta obra ofrece una visión del mundo rural a través de los ojos de un niño. Otros autores son Ignacio Aldecoa, Carmen Martín Gaite o Ana María Matute.

-Novela de los años 60-70: A partir de 1960 empieza a haber cansancio del realismo social de la época anterior. Los autores tienen cada vez más en cuenta las obras de otros autores extranjeros como Proust o Kafka que defienden la autosuficiencia del lenguaje poético respecto a la realidad y la vida llegando a hablar de la muerte del autor. Además va a causar un fuerte impacto la nueva novela hispanoamericana, conocida como el “boom” latinoamericano de alto contenido crítico y de gran valor artístico donde la realidad se puede tratar de forma no realista. Los escritores se van a replantear el rol del novelista en la sociedad pues hasta ahora trataban los problemas sociales de forma paternalista con intención de cambiarlos. El cambio de actitud se produce tras la publicación de “Tiempo de silencio” de Luis Martín Santos en 1962. Con esta obra comienza lo que se conoce como “realismo dialéctico” que defiende que la realidad no es algo fijo e inmutable sino una compleja red de relaciones en la que el individuo no representa a todo un colectivo pero sí forma parte de él. La realidad es dinámica y el individuo interactúa con ella. Las técnicas narrativas abogan por una ruptura con la secuencia temporal, personajes definidos por sus comportamientos, narradores omniscientes o de visión caleidoscópica, múltiple, finales abiertos, técnica del contrapunto en la que se entrelazan varias historias y por la introducción de elementos fantásticos, alucinaciones, símbolos. Otros autores destacados fueron: Goytisolo con Señas de identidad; Joan Benet con Bienvenido a Región; Juan Marsé con Últimas tardes con Teresa.
TEMA 7.   EL TEATRO ANTERIOR A 1939. TENDENCIAS, AUTORES Y OBRAS PRINCIPALES

El teatro que domina la escena española a comienzos del siglo tiene una orientación claramente comercial porque busca sobre todo la aceptación del público, burgués en su mayoría, que frecuenta las salas. En el teatro de este primer tercio de siglo XX distinguimos, por un lado, un TEATRO TRADICIONAL en el que hubo tres corrientes:
La primera corriente sería la del TEATRO BURGUÉS propiamente dicho Es el teatro que triunfa en las salas y no presenta una gran crítica social a la burguesía e incluso halaga los intereses más vulgares de esa clase social. Este teatro será reacio a las nuevas tendencias. No obstante, eso no supone que no se produzcan innovaciones.
Destaca, en este tipo de teatro la figura indiscutible de JACINTO BENAVENTE, con una producción inmensa, de la cual sobresalen sus dramas rurales, como “Señora ama” y “La malquerida”. Su obra menos convencional y, tal vez por ello, más representada, es “Los intereses creados”, donde utiliza el ambiente y los personajes de la “commedia dell’arte” italiana para presentar una cínica visión de los ideales burgueses. El amor de los protagonistas purifica los intereses materiales en que se desenvuelve esta sociedad de apariencias.
La segunda corriente estaría representada por el TEATRO MODERNISTA EN VERSO. En parte gracias a sus vestuarios y escenografías, en parte por un trasfondo ideológico conservador, también cuenta con el aplauso del público. Destacaron las obras de Francisco Villaespesa y Eduardo Marquina. También los hermanos Machado, Antonio y Manuel, practicaron este tipo de teatro, a veces con regusto popular cercano al teatro de humor como “La Lola se va a los puertos”.
La tercera corriente es el llamado TEATRO CÓMICO, con diversos planteamientos estéticos. Los hermanos Álvarez Quintero llevan a escena una Andalucía tópica, con un humor blanco. Carlos Arniches realiza piezas cortas con personajes típicos donde utiliza un recurso expresivo castizo, que se ha denominado “dislocación expresiva” (asomao, madrí, finolis, honrá…), de gran fuerza humorística. A partir de 1910 cultiva la tragicomedia grotesca: funde la comicidad exterior con la tragedia interior que viven los personajes, creando una pieza magistral como “La señorita de Trevélez”, en la que unos jóvenes gastan una broma cruel a una solterona poco agraciada. Finalmente citaremos la astracanada (género teatral que hace reír a través de juegos de palabras y situaciones disparatadas) de Pedro Muñoz Seca, con” La venganza de don Mendo”, burla tremenda del teatro modernista.
Por otro lado, veremos que también se dio un  TEATRO RENOVADOR, que pretende romper con el drama burgués realista de finales del XIX.
En España este teatro no tuvo la aceptación del público, exceptuando algunas piezas. Los noventayochistas pretendieron renovar el teatro como hicieran antes con la novela. Unamuno trata en sus obras temas existenciales, de conciencia o de fe, despojándolas de todos los elementos escenográficos superfluos. En El otrotrata el tema de la doble personalidad, y en “Fedra” actualiza la tragedia de Eurípides. Azorín utiliza elementos irreales y simbólicos. Suyas son la trilogía “El invisible”.  Jacinto Grau intentó la renovación con la reutilización de los mitos clásicos, como “El señor de Pigmalión”.
El verdadero innovador del teatro, por su influencia posterior, fue VALLE-INCLÁN. Su producción es compleja con diversa aceptación entre el público. Se clasifica en ciclos: El ciclo mítico de la trilogía de las “Comedias bárbaraspresenta una Galicia mítica, primitiva y feudal en la que se produce la degradación del linaje señorial de los Montenegro. “Divinas palabras” supone ya un paso hacia el esperpento. Con el ciclo de la farsa, se intensifican los elementos grotescos (caricaturescos). Destaca Farsa y licencia de la reina castiza. El ciclo esperpéntico supone la culminación de este proceso dramático. El ESPERPENTO utiliza una estética sistemáticamente deformadora para evidenciar la degradación social del país, con unos personajes grotescos, donde tienen cabida todos los tonos poéticos, desde los más aristocráticos hasta los más vulgares. Se abrirá en 1920 con Luces de bohemía, viaje dantesco por las calles madrileñas de Max Estrella, poeta bohemio, pobre y ciego, acompañado de don Latino de Hispalis. “Martes de Carnaval” es una trilogía que esperpentiza el mito literario de Don Juan.
Los autores de la generación del 27 también intentaron llevar su renovación lírica a las tablas. La dedicación de Alberti y Salinas así lo atestiguan, aunque sus mayores logros fueron producidos ya en el exilio. Trayectoria similar fue la de Alejandro Casona, con triunfos antes de la guerra  y en el exilio. Mezcla acertadamente los elementos líricos y simbólicos para crear un teatro que gozó de bastante aceptación.  Su decepción fue grande al no lograr los mismos éxitos en su vuelta a España.
Pero el autor más influyente fue FEDERICO GARCÍA LORCA, cuya trayectoria fue cortada por su trágica muerte. Trata en sus obras la frustración, el deseo de libertad y el poder represivo de la sociedad. Entre sus primeras obras, destaca Mariana Pineda, de estilo modernista, sobre la heroína que murió ajusticiada por haber bordado una bandera liberal. También escribió La zapatera prodigiosay Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín, que tratan el tema de la desigualdad de edades en el amor. Su teatro vanguardista nunca llegó a subir a las tablas en su época. Otro grupo son las comedias que él mismo llamó “comedias imposibles”  como son  El públicoy Así que pasen cinco años, de clara influencia surrealista.

El culmen de su teatro llegaría con las tragedias de ambientación rural, con mezcla de elementos líricos cultos y populares, como “Bodas de sangre”,  Yerma y La casa de Bernarda Alba”, su mejor obra. Todos los elementos dramáticos, desde los nombres a los símbolos poéticos, así como la escenografía y el vestuario están perfectamente integrados y  nos conducen inexorablemente al suicidio final de Adela, tras romper el bastón de mando de Bernarda, al creer que Pepe el Romano, su amante y novio de su hermana Angustias, ha muerto.