TEMA 3. LA NOVELA REALISTA Y NATURALISTA
La forma de pensamiento dominante en la época fue el positivismo, cuyos
métodos se basaban en la experimentación y la observación objetiva. El
desarrollo científico dio lugar a un progreso técnico que se reflejó en el auge
de la industria y repercutió en las formas de vida, con adelantos como el
ferrocarril o la luz eléctrica. Se desarrolló, así, una creciente fe en el
progreso, que se creía que iba a conducir a una mejora moral. La sociedad se
sentía a gusto con su tiempo y los adelantos que aportaba.
El autor realista se convirtió en un cronista del presente y del pasado
inmediato, a los que dedicó todas las páginas de sus obras.
La burguesía abandona el ideario romántico y lo sustituye por una
mentalidad realista, que describe la realidad social tal como es.
Características del Realismo: imitación del método científico: la obra debe reflejar la realidad de
forma exacta y objetiva, con una ubicación próxima de los hechos; argumentos
que versan sobre la realidad vulgar, cotidiana; (relatos verosímiles
protagonizados por personajes comunes); conflicto entre las aspiraciones de los
personajes, individuales o colectivos, y las normas sociales; frecuente
propósito de crítica social y política; estilo sobrio y sencillo; la novela es
el género más utilizado y sus rasgos típicos son: verosimilitud, predominio del
narrador omnisciente, didactismo, estructura lineal, abundancia de
descripciones del mundo de la burguesía, de la clase media y aproximación del
lenguaje al uso coloquial.
El Realismo se introduce en España con considerable retraso. La primera
novela plenamente realista, La Fontana de Oro, de Galdós, se publicó en
1870. A partir de entonces, surgen unos novelistas que publican entre 1874 y
1884, década que da comienzo a la Restauración. Dentro de esta generación
figuran escritores como el tradicionalista José Mª de Pereda, autor de Peñas
arriba; Juan Valera, que, al margen de los conflictos ideológicos, escribió
Pepita Jiménez; Galdós y Clarín, progresistas defensores de la
modernización de España; y Emilia Pardo Bazán, partidaria de un moderado
naturalismo, en consonancia con su catolicismo e ideología conservadora.
La marcada tendencia regionalista del Realismo español se manifiesta en
la costumbre que tienen los escritores de situar sus obras en los ambientes que
les son más conocidos.
Benito Pérez Galdós (1843-1920).
Entre su producción literaria destacan sus novelas, que se pueden clasificar
en:
Episodios nacionales. Constituyen
una reconstrucción novelada de la historia de España del siglo XIX, desde la
batalla de Trafalgar (1805) hasta los comienzos de la Restauración (1875).
Constan de cuarenta y seis novelas, agrupadas en cinco series de diez volúmenes
cada una, sal-vo la última, que abarca seis.
Novelas de la primera época. Las primeras novelas de Galdós —Doña Perfecta, Gloria, La familia de
León Roch...— reciben el nombre de novelas de tesis porque se someten a la
ideología del autor: enfrentan a personajes de mentalidad conservadora con
otros de ideas progresistas que Galdós comparte y defiende (reflejan el
enfrentamiento ideológico que dividía la España de la época).
Novelas contemporáneas. En ellas Galdós plasmó la realidad madrileña
del momento, reflejo de la del resto de España: retrató tanto sus lugares
(calles, barrios, etc.) como a sus habitantes (comerciantes, cesantes,
burgueses, etc.). La desheredada, Lo prohibido, Miau y Fortunata
y Jacinta son las novelas más representativas de esta época.
Etapa espiritualista. Estas
novelas, influidas por el realismo ruso, se centran en el mundo interior de sus
personajes y en valores como la caridad, encarnados en individuos de enorme
grandeza moral pese a su condición humilde. Así ocurre, por ejemplo, en las
novelas Nazarín y Misericordia.
Leopoldo Alas, «Clarín»
La obra de Clarín (1852-1901) se compone de numerosos artículos de
crítica literaria, dos novelas, varios libros de cuentos y una obra de teatro.
Su producción novelística se reduce a dos títulos: La Regenta y Su
único hijo. Especial importancia tienen sus cuentos, entre los que destaca Adiós,
Cordera, uno de los mejores de la literatura española.
La Regenta es la
obra maestra de Clarín y una de las novelas más importantes de la literatura
española. Ambientada en la ciudad de Vetusta, La Regenta presenta el conflicto
de dos personajes (Ana Ozores y Fermín de Pas) dominados por el anhelo amoroso
en un ambiente hostil. Tras el nombre de Vetusta se esconde la ciudad de Oviedo
y sus habitantes: una sociedad burguesa, llena de hipocresía y convencionalismos.
El pormenorizado análisis de la sociedad, de la que se ofrecen diversos
ambientes (iglesia, aristocracia, pequeña burguesía, trabajadores...), y el
detallado estudio de los personajes convierten esta novela en un magnífico
ejemplo del naturalismo en España.
Es una novela de escasa acción, en la que cobran relieve las
descripciones de la psicología de los personajes y de los ambientes. El autor
combina con acierto el punto de vista objetivo con el del narrador omnisciente.
En las décadas finales del siglo XIX, el realismo evolucionó hacia el naturalismo, corriente artística
impulsada por el autor francés Émile Zola.
El Naturalismo aplica en literatura el método científico de las
ciencias experimentales y defiende que la conducta de los personajes está
determinada por la herencia genética y el ambiente social. El novelista imita
el método científico: observación, documentación, comprobación de datos... Como
características del Naturalismo destacamos: descripciones detalladas basadas en
la psicología y la medicina; preferencia por los aspectos sórdidos y
desagradables; personajes con taras físicas o psíquicas.
El Naturalismo se introdujo en España hacia 1882, en medio de una
fuerte polémica por parte de los sectores más conservadores. La escritora Emilia
Pardo Bazán defendió en su libro La cuestión palpitante la técnica
literaria naturalista, pero no sus bases teóricas.
Además de Emilia Pardo Bazán, hubo otros escritores que utilizaron en
sus obras algunos recursos naturalistas, como Palacio Valdés, Vicente Blasco
Ibáñez, Clarín y Galdós.
Hacia 1887 se comienza a producir una reacción antinaturalista. En
España se percibe el cambio en las últimas novelas de los escritores realistas
Valera, Galdós, Clarín y Emilia Pardo Bazán, que ponen el acento en los
problemas morales y espirituales de los personajes. Galdós inicia el cambio de
rumbo con La incógnita y Realidad.
El
giro de la narrativa de finales del XIX conecta con la renovación estética del
ModernismoVideo sobre el realismo y naturalismo.
TEMA 4. MODERNISMO Y
GENERACIÓN DEL 98
A finales del siglo XIX surgió el
modernismo, una corriente de pensamiento que proclama una actitud nueva y
renovadora ante la vida, a la vez que un movimiento literario. En España, el
sentimiento de desencanto surgido tras el desastre colonial del 98, dará lugar
a la reacción de la llamada Generación del 98. Ambos movimientos, coincidentes
en el tiempo, difieren fundamentalmente en la dimensión internacional y
cosmopolita del Modernismo, frente a la preocupación esencial por el tema de
España propia de los del 98.
El Modernismo
literario
Surgido en Hispanoamérica en torno
a 1880, buscaba la belleza absoluta y la perfección formal de la obra de arte.
El rechazo de la realidad cotidiana se traduce en dos alternativas: un
Modernismo externo, caracterizado por la evasión y la primacía de lo sensorial,
lo exótico, lo fantástico y un Modernismo intimista, caracterizado por una
introspección melancólica, pesimista, angustiada.
Como características del
Modernismo destacan: huida de la vulgaridad y reivindicación de la belleza en
todas sus formas: lugares y objetos hermosos, sensaciones y emociones intensas;
defensa de lo aristocrático (cisne), evasión en el espacio y el tiempo:
hacia épocas pasadas (mundo clásico, y sus mitos, medieval, renacentista,
dieciochesco, y también el pasado hispanoamericano) y hacia tierras lejanas y
exóticas; renovación del lenguaje literario (cuidado y refinado):
incorporación de cultismos, neologismos, vocablos exóticos y palabras elegidas
por su sonoridad (esdrújulas) y por su capacidad de sugerir sensaciones; efectos plásticos con el uso de
colores, abundancia de adjetivos ornamentales, imágenes sugerentes, símbolos
variados y atrevidas sinestesias; recuperaron las estrofas clásicas como
sonetos, silvas y junto con ellas cultivaron
el verso libre. Los metros preferidos fueron el eneasílabo, el
endecasílabo, el dodecasílabo y, sobre todo, el alejandrino (“estrofa
modernista”).
El Modernismo en
España fue más intimista e introspectivo y careció de la exuberancia y exotismo
del de Hispanoamérica. Destacaron Salvador Rueda, Los hermanos Manuel y Antonio
Machado, Ramón Mª del Valle-Inclán y Juan Ramón Jiménez que
es el impulsor de este movimiento en España. Escritor entregado a la poesía
y a la búsqueda de la belleza, su obra está en constante renovación y está
dirigida a una minoría culta. Pasa por tres etapas: en la primera, Sensitiva,
es pura modernista bajo influencia simbolista, trata temas como la soledad, la
tristeza…En la segunda etapa, Intelectual, se aleja de la estética modernista y
el tema principal es la creación literaria; en la tercera etapa, Suficiente, Su
poesía es pura, desnuda, simbolista, difícil, donde se trata el tema de dios
identificado con la belleza y la perfección. Diario de un poeta recién casado. Rubén Darío fue el principal representante del Modernismo
literario. Su obra Azul... son cuentos breves y algunos poemas, recrea un mundo de hadas,
princesas, seres mitológicos, palacios, cisnes... Prosas profanas, logra
la consagración del Modernismo,
incorpora poemas de evasión exótica y aristocrática, también temas sociales y
españoles, sobre los que predomina el erotismo. En Cantos de vida y
esperanza se produce un viraje que gira en torno a tres temas: la evasión
aristocrática de la realidad, la preocupación social y política y la inquietud
personal.
La generación
del 98.
Los rasgos definitorios serían la
rebeldía frente a las corrupciones políticas de la Restauración, que
desembocaron en la pérdida de las colonias, la reivindicación de la figura de
Larra y el intento de redescubrir aspectos olvidados de la cultura española:
los viejos pueblos y ciudades, el paisaje, los escritores medievales o el
lenguaje tradicional y castizo. Características comunes: distanciamiento de
la generación realista y unión con el irracionalismo y subjetivismo europeos (Schopenhauer,
Nietzsche); la cuestión religiosa y existencial: preocupación por el
sentido de la vida, el sentimiento de hastío de vivir o de angustia, la
religión, la existencia de Dios, el tiempo, la muerte, el destino del hombre
tras la muerte, etc; el tema de España: rechazo del atraso en que se
encontraba y crítica a la sociedad, a las clases gobernantes; exaltación lírica
del paisaje y de los pueblos de España, en especial Castilla; interés por la
historia de España, en la que ven la raíz de sus males, y sus valores
(austeridad, nobleza, espíritu de sacrificio; reivindican el concepto de
intrahistoria, representado por las costumbres y modos de vida de los
individuos anónimos que viven de la misma manera desde tiempo inmemorial,
ajenos a las modas o a los vaivenes de la historia; anhelo de europeizar pero
sin perder los valores castizos: evolucionan de la intención inicial de
europeizar España a la de españolizar Europa;
estilo sobrio con un lenguaje preciso, sencillo, natural y
antirretórico, con predilección por las palabras apegadas a la tierra,
tradicionales. Subjetivismo, que deriva en una visión introspectiva de la
realidad. Cultivo del ensayo.
Valle-Inclán cultivó narrativa,
poesía y teatro. Sus primeras obras
narrativas, Flor de santidad y Sonatas, se sitúan dentro de la
estética modernista. La trilogía de novelas La guerra carlista retrata
la Galicia rural marcada por lo mágico y lo supersticioso. El ciclo novelesco El
ruedo ibérico es una caricatura esperpéntica de la España de Isabel II. Por
último, Tirano Banderas retrata la sociedad sudamericana y la figura del
dictador despótico y cruel.
La obra de Miguel de Unamuno recoge
sus temas centrales: la
preocupación por España (una visón desolada de la misma), partiendo de un
análisis del alma española y concluyendo en la necesidad de españolizar Europa
y la inquietud espiritual por la búsqueda del sentido de la vida, que se
traduce en un conflicto permanente e irresoluble entre la conciencia de existir
y el miedo a la muerte, el cual lleva al hombre a aceptar la religión como una
necesidad al proporcionarle la inmortalidad. De aquí el conflicto entre razón y
fe. En sus novelas («nivolas»), rechaza los compromisos con los principios
formales, suprime descripciones y situaciones, presenta al protagonista en su
lucha existencial y da importancia al diálogo. Esta técnica se aplica en Niebla,
La tía Tula y San Manuel Bueno, mártir. En sus personajes,
Unamuno vierte sus propias inquietudes, angustias y problemas personales y
existenciales: son su álter ego.
Según Pío Baroja, en la
novela cabe todo: reflexiones filosóficas, confesiones políticas, humorismo,
aventuras, críticas sociales... En cuanto a la técnica, se basa en la espontaneidad
y la observación de la realidad inmediata. Los protagonistas de sus novelas
experimentan una evolución existencial, reflejan las preocupaciones
filosóficas, religiosas y políticas del propio Baroja y se suelen ver abocados
al fracaso. Destaca en ellos la falta de voluntad. Su estilo es breve, claro y
preciso, sin alarde retóricos. Sus novelas más destacadas (agrupadas en
trilogías) son Camino de perfección, Las inquietudes de Shanti Andía,
La busca, Zalacaín el aventurero, El árbol de la ciencia. Baroja forma
parte de esta generación porque comparte la preocupación por el atraso
científico, intelectual e ideológico de España, plasmado en sus novelas.
En sus ensayos, José Martínez Ruiz,
«Azorín» dedicó una atención
especial al tema de España y a la reinterpretación de las obras literarias
clásicas. En Castilla realiza una evocación de las tierras castellanas y
sus gentes. En su narrativa, propone tramas argumentales mínimas, prioriza la
descripción de ambientes y de las impresiones de los personajes: La voluntad
y Antonio Azorín.
Antonio Machado, es el gran poeta de la generación. Su producción pasa por
una etapa modernista con Soledades, llena de emociones y
sentimientos, con temas como el tiempo, la soledad, la muerte y Dios, y un
lenguaje basado en los símbolos que le ofrece el paisaje. Campos de Castilla, es una
recopilación de poesías en los que combina poemas paisajísticos con poemas en
los que se arremete contra la España sumida en la miseria tras el Desastre del
98, poemas en los que añora el paisaje castellano y a su esposa Leonor, poemas
que critican a la España ignorante, inmovilista y orgullosa de su tradición, y
ofrecen la esperanza de una nueva España más reflexiva y dinámica.
video sobre el modernismo.
video sobre la Generación del 98
presentación con biografías de autores del 98
Mari vas a poner lo de el analisis sintantico aqui??????
ResponderEliminarVale, tranquila, lo pondré.
EliminarMari, en los autores del 98, hay que saberse todas las obras?
ResponderEliminarAl menos una obra de cada autor.
EliminarMari, ¿hay que explicar todos los autores que vienen? ¿Incluido Juan Ramón Jiménez y Rubén Darío? (Del modernismo)
ResponderEliminarA Darío le nombras como el impulsor del Modernismo y dices un par de obras. Juan R. Jiménez no puedes obviarle pues es la máxima figura del movimiento en España. Los autores de la G-98, todos son importantes. Resúmelos en un dos-tres líneas cada uno
ResponderEliminarA Darío le nombras como el impulsor del Modernismo y dices un par de obras. Juan R. Jiménez no puedes obviarle pues es la máxima figura del movimiento en España. Los autores de la G-98, todos son importantes. Resúmelos en un dos-tres líneas cada uno
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